martes, 25 de febrero de 2014

La muerte del cisne


Sufrimiento en sus ojos, verlos agonizar, ¿es posible sentir tanto dolor? Diez segundos después había desaparecido, se fue con el viento y ya no sufrirá más.
Soñé una y otra vez con esa escena, un hermoso cisne con sus plumas blancas como la nieve, igual de alto a mí y sus ojos tan expresivos que no debía emitir ni un solo sonido para saber lo que estaba sintiendo, si, aquel animal que algunos días me hizo muy feliz con el simple hecho de estar a mi lado, sentir que un día se pasaba en un minuto cuando jugábamos, sentir que era lo único importante en mi vida, y ahora se ha ido, ya no está.

No quedaría en el olvido, yo haría que todos sintieran ese dolor, agonizante y fuerte, que el sintió al morir, por esa bala que inicio una guerra dentro de mí, una guerra que no acabaría hasta cumplir mi objetivo.
Busque a mi amigo Michel Fokine, con quien ya había hecho algunos trabajos antes, gran coreógrafo, supo crear cada movimiento y hacer que a través de mi baile se sintiera dolor y angustia, sentimientos difíciles de conseguir a través del ballet.

Lanzamiento de la pieza, nervios al 100%, reflexiones para que todo salga bien, una última reunión con mi coreógrafo y empieza a sonar la bellísima y delicada música de Camille Saint-Saens, es mí momento de entrar, dos pasos largos y estoy dentro del escenario. Sin si quiera pensarlo mis pies ya están de punta, Quatriemedevant, con mis brazos levantados expresando la grandeza de las alas de un cisne, empiezo a sentirlo, dolor, dolor por saber que mi cisne ya no estaba, que nunca más lo iba a ver.
Mi siguiente paso un Ballotte con el cual quedo en el suelo, aun con movimiento en mis brazos continuo con mi espectáculo, un paso tras otro, expresando los sentimientos que un animal puede llegar a soportar, caigo y me levanto cada vez con más fuerza y energía, demostrando que puedo soportar más que el abuso humano. Doy vueltas para que vean mi plumaje, blanco y perfecto, con el cual me siento en todo mi esplendor, me siento única, y siento dolor, quiero que todos sientan mi dolor, el dolor de mi cisne.

Estoy volando en el escenario, con mis grandes alas compuestas por mis brazos y mostrando mi traje, tan lindo como el plumaje de los cisnes, tan igual que me confundo y siento que mi cisne está aquí conmigo, acompañándome.
Continuo con mi baile, mostrando como es un cisne y como se siente en el agonizante momento de la muerte, sigo actuando como este animal tan bello, continuo teniendo sus alas y volando dentro del escenario. Unos cuantos pasos más y empieza a decaer tanta grandeza, mis brazos ya no tienen fuerza, y poco a poco voy cayendo, ya estoy en el suelo y mis alas me envuelven, me envuelven hasta quedar totalmente tendida, ya sin ninguna vida, caigo agonizante y finalmente muero. Solo espero que mis espectadores hayan podido sentir este agonizante dolor.

Logre terminar mi acto, solo duraba 2 minutos, los cuales fueron  increíbles, exprese todo lo que sentí a través de lo que más amo, el ballet. Ahí estoy, siendo felicitada por los espectadores, escuchando comentarios como: “estuve agonizando contigo, gran trabajo”. Esos comentarios que te hacen sentir que hiciste un buen trabajo y que estas completa.
Logre que las personas del público sintieran lo que yo sentía, y lo que tal vez más adelante muchos otros sentirían por el inicio de esa guerra absurda, personas que tendrían una muerte agonizante y dolorosa, así como la de mi cisne.

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